Aproximadamente la mitad de los adultos mayores que parecen cognitivamente normales experimentan problemas de pensamiento, memoria o concentración después de la cirugía.
El factor principal que indica un deterioro cognitivo posquirúrgico son los problemas cognitivos preexistentes.
Las pruebas cognitivas convencionales evalúan el lenguaje, la memoria a corto plazo y la conciencia del tiempo y el lugar, pero es posible que no siempre revelen vulnerabilidades cognitivas subyacentes, lo que deja a algunas personas inconscientes de su susceptibilidad a complicaciones cognitivas después de la cirugía.
Ahora, un nuevo método ofrece una forma sencilla de identificar a los pacientes mayores con riesgo de sufrir disfunción cognitiva posoperatoria.
Investigadores de Duke Health (Durham, Carolina del Norte, EUA) descubrieron que un EEG básico puede identificar signos de vulnerabilidad cognitiva cuando se indica a los pacientes que cierren y luego abran los ojos. Este análisis de ondas cerebrales prequirúrgico no invasivo puede predecir qué pacientes podrían sufrir confusión y problemas de concentración después de la cirugía.
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El equipo de Duke utilizó EEG para detectar cambios en los patrones eléctricos del cerebro, particularmente durante los movimientos oculares. Cuando las personas cierran y luego abren los ojos, se produce un cambio en patrones específicos de actividad eléctrica en el cerebro conocidos como oscilaciones alfa.
Este cambio, denominado atenuación alfa, implica una reducción de las oscilaciones alfa al pasar de ojos cerrados a abiertos.
Por lo general, la potencia alfa medida por EEG es menor durante el procesamiento visual con los ojos abiertos y mayor cuando se concentra internamente o se sueña despierto.
En los adultos mayores sanos, esta disminución en el poder alfa desde los estados de ojos cerrados a los de ojos abiertos es pronunciada, pero es menor en aquellos con trastornos neurocognitivos crónicos.
Aprovechando esta información, el equipo de Duke desarrolló una prueba predictiva utilizando un EEG rápido previo a la cirugía.
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Evaluaron a 71 pacientes, todos mayores de 60 años y no sometidos a cirugía neurológica o cardíaca, con una simple tarea de cerrar y abrir los ojos para detectar agitación o trastornos de atención.
La prueba identificó eficazmente a los pacientes que probablemente enfrentarían falta de atención posoperatoria y el alcance de sus posibles problemas cognitivos, destaca la publicación de https://www.hospimedica.es/.
Aunque las razones detrás del empeoramiento del deterioro cognitivo en pacientes mayores después de la cirugía y la anestesia aún no están claras, identificar a quienes están en riesgo podría ayudar a evaluar las implicaciones de los procedimientos quirúrgicos y prepararse para posibles complicaciones.
«Esta prueba es bastante sencilla de realizar y podría preparar a los médicos para tomar medidas de precaución para reducir el riesgo de falta de atención posoperatoria y posiblemente delirio», dijo Leah Acker, MD, Ph.D., profesora asistente en el Departamento de Anestesiología de Duke.
«De manera más general, debido a que la reacción del cerebro a algo tan simple como abrir los ojos está estrechamente asociada con funciones de atención específicas, esperamos que esto pueda arrojar información sobre los mecanismos neuronales que subyacen a la vulnerabilidad y la resiliencia neurocognitivas».