Santo Domingo.- El consumo no médico de la ketamina aumentó drásticamente en varios países de Europa, hasta el punto de que la ONU pidió este martes vigilar estrechamente esta sustancia.
La ketamina es un agente anestésico no volátil que se sintetizó en 1962. En 1965 los laboratorios Parke & Davis comercializan la ketamina como anestésico con los nombres de ketalin, de ketalar y ketina para uso humano y de ketase para uso veterinario5. La ketamina se presenta como un líquido translúcido y es un derivado liposoluble de la fenciclidina (PCP).
La ketamina se usa clínicamente como anestésico general, es considerado un anestésico manso y a menudo se utilizaba en pediatría y geriatría. Sus características psicodislépticas fueron descubiertas después de que un gran número de destinatarios informó de lo que sentían al salir de la anestesia.
Los restantes experimentos mostraron que una dosis muy menor que la anestésica produce una experiencia psicodélica de gran intensidad. En el mercado ilícito, la ketamina puede presentarse de muchas otras formas: líquido incoloro, polvo blanco (cristales blancos), comprimidos o cápsulas, por lo que es posible utilizarla por distintas vías de administración: intravenosa, intramuscular (líquido), rectal (líquido), nasal (polvo), pulmonar «fumada» (polvo) y oral (líquido, comprimido, cápsulas).
«En varios países europeos ha aumentado el consumo de ketamina con fines no médicos, lo que ha llevado a un incremento del número de personas que solicitan tratamiento», indica la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su análisis anual sobre drogas.
Ese organismo de la ONU señala que países como Bélgica, España, Francia e Italia han informado de un aumento de las personas que solicitan tratamiento por consumo de esa droga.
Esa tendencia, señala la JIFE, muestra «la necesidad de vigilar de cerca tanto el uso como sus efectos en la salud pública».
Tanto Naciones Unidas como el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) han detectado un aumento del consumo no médico de esa sustancia, lo que ha generado preocupación por «las graves consecuencias sanitarias que ello podría desencadenar», indica la JIFE.
En 2022, el OEDT publicó que en algunas ciudades de Dinamarca, España, Italia y Portugal se detectaron los niveles más elevados de ketamina en las aguas residuales, un indicador de los niveles de consumo.
La JIFE informó de que entre diciembre de 2022 y enero del pasado año varios países europeos colaboraron en una operación para combatir la fabricación y distribución ilícitas de varias sustancias, entre ellas la ketamina, que era traficada a través de servicios de correos y mensajería.
No se detecta
La ketamina no es detectada en los análisis sistemáticos de drogas de abuso, que se basan en técnicas de enzimo inmuno análisis. Para detectarla en sangre y orina se utiliza la cromatografía de gases, pudiéndose detectar cantidades de 0,1 mg/ml del compuesto.
El tiempo máximo de detección se sitúa en las 72 h, aproximadamente, para una dosis única. Sin embargo, en usuarios con un consumo habitual o adictivo, la ketamina puede tardar hasta más de 7 días en eliminarse.
¿Por qué los jóvenes y adolescentes consumen ketamina?
«La keta sirve para alucinar», «para conocerte más y mejor», «para viajar y tener viajes maravillosos», «para mejorar el estado de ánimo», «para tener más imaginación», «no engancha», «te tranquiliza», etc.
Éstas son algunas de las respuestas que dieron 2.155 jóvenes y adolescentes que habían visitado la exposición itinerante «A tota Pastilla»2, de los cuales 1.700 eran alumnos escolarizados de entre 14 y 19 años y 455 eeran jóvenes y adolescentes de entre 16 y 30 años.
Como se puede observar, los efectos deseados por los consumidores de ketamina son básicamente los psicodislépticos, alucinatorios y sedativos. En este tipo de drogas, el SET (las propias características de personalidad).
Consecuencias peligrosas
La ketamina es una droga muy potente y extraordinariamente peligrosa. En dosis altas puede provocar pérdida de conocimiento, coma, convulsiones, derrames cerebrales, asfixia y paro cardíaco. Si vas a consumir, es preferible consumir poco y esperar sus efectos.
La ketamina aumenta la presión arterial; por tanto, está especialmente contraindicada para personas con hipertensión, problemas cardíacos o con antecedentes de accidentes cerebrovasculares.
La ketamina está contraindicada en las personas en tratamiento con medicamentos tiroideos, hepáticos, con problemas oculares, psiquiátricos o con antecedentes de haberlos tenido.