En el siguiente artículo la experta en comunicación con estudios en la Escuela de Negocios de Harvard, destaca las cualidades de un maestro de ceremonias y la envergadura y delicadesa del trabajo que realiza.
Les dejamos el contenido:
Aunque no existen registros certeros del origen del maestro de ceremonias se cree que el cargo se remonta a la época medieval en la monarquía europea y británica.
En ese entonces la figura del maestro de ceremonias no sólo se limitaba a la conducción oral de los actos, sino también la responsabilidad protocolar de supervisar las festividades de las altas cortes.
Con el paso del tiempo los organizadores de eventos vislumbraron la exigencia de contar con maestros de ceremonias para amenizar y conducir las actividades de la sociedad entendiendo como fundamental su estampa en todo tipo de ceremonia y actos sociales.
Ya sean estos ejecutivos, corporativos, institucionales, gremiales y científicos nunca se deberá prescindir de un profesional de la conducción de eventos para dirigir la dinámica del mismo.
¿Qué es un maestro de ceremonias o moderador?
Es el anfitrión oficial de un evento. Sí, es la persona que se encargará de recibir sus invitados y hacer que se sientan agradados, entretenidos, confiados, cómodos y edificados en su evento.
Sin dudas de este personaje dependerán las luces o sombras de todo acto.
No importa que se trate de una conmemoración solemne o popular su papel se traduce a conducir y manejar de manera hablada las diferentes participaciones, tiempos y objetivos.
Son innumerables los casos donde la inversión y objetivos de una ceremonia se pierden y deslucen por la organización no asistirse de un conductor certificado.
Con mucha frecuencia encontramos actividades de cualquier índole siendo dirigidas por el ejecutivo de la empresa o institución, organizador, familiar; amigo o cualquier persona allegada al evento menos por un profesional.
Y aunque esta realidad ha evolucionado en los últimos casi 10 años en República Dominicana aún prevalece con notable constancia la carencia de un maestro de ceremonias competente para dirigir los actos públicos y privados.
Algunos organizadores argumentan la falta de un conductor o animador en determinada actividad por la sencillez del mismo cayendo en grave error.
Ya que en todo festejo la figura más relevante después de los directivos u organizadores es el maestro de ceremonias.
Debemos saber que se trata de la persona que investirá de altura, ánimo, solemnidad, tiempo, orden, objetivo, energía, prudencia, correlación entre los disertantes y el público; entre otras virtudes que lograran de la celebración un acontecimiento de notoriedad interna y externa, no importando la característica del mismo ni la preponderancia.
Por lo que aunque se ejerza el oficio de comunicador o se posea una voz privilegiada de los dioses si el profesional del habla no cuenta con las competencias, aptitudes y capacidad para dirigir la dinámica oral de un evento nunca será un buen maestro de ceremonias.
¿Por qué contratarlo?
Contrario a algunos mitos que surgen entre organizaciones y organizadores para no asistirse de esta figura las razones para contratar un conductor para amenizar su evento siempre superarán las contradicciones.
Le ahorrará costos de imagen y sorpresas negativas. Su evento tendrá mayor nivel y empatía, además de la acertada comunión entre el objetivo del acto y público.
Mejor manejo del tiempo y ponentes. Manejará con habilidad y discreción cualquier imprevisto y su ceremonia se vestirá de gala independientemente que sea majestuosa o sencilla.
El maestro de ceremonias hace de un evento simple algo preponderante; y de lo preponderante algo sobresaliente. Isis Álvarez.
Caracterizando sus audiciones por su excelente dicción, entonación, coherencia y alto manejo del tema a abordar.
La autora es comunicadora social. Especialista en oratoria y maestría de ceremonias. Con estudios en la Escuela de Negocios de Harvard por la profesora Marjorie Lee North. Además de formarse en reputados institutos y con destacadas personalidades. Caracteriza sus audiciones por su excelente dicción, entonación, coherencia, prudencia, disciplina y alto manejo del tema a abordar.
