Las alteraciones en la microbiota intestinal están asociadas con el agotamiento de las bacterias antiinflamatorias y la proliferación de bacterias proinflamatorias, un patrón vinculado a varios trastornos psiquiátricos importantes que incluyen depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia y ansiedad, según muestra una nueva investigación.
Un metanálisis de 59 estudios, que abarcó aproximadamente 2.600 pacientes con afecciones psiquiátricas, mostró una disminución en la riqueza microbiana en pacientes con afecciones psiquiátricas frente a los controles.
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Además, aquellos con depresión, ansiedad, trastorno bipolar y psicosis tenían un conjunto similar de anomalías en la microbiota, particularmente niveles más bajos de Faecalibacterium y Coprococcus, dos tipos de bacterias que tienen un efecto antiinflamatorio en el intestino y niveles más altos de Eggerthella, una bacteria con efectos proinflamatorios.
El estudio fue publicado en versión electrónica el 15 de septiembre en JAMA Psychiatry.
Biomarcadores confiables
“Se ha acumulado evidencia de perturbaciones de la microbiota intestinal para múltiples trastornos psiquiátricos, con firmas de microbiota propuestas como biomarcadores potenciales”, escribieron los autores.
Investigaciones anteriores en trastornos individuales han identificado “patrones que pueden ser objetivos de biomarcadores prometedores, con el potencial de mejorar la precisión del diagnóstico, guiar el tratamiento y ayudar a monitorear la respuesta al tratamiento”, señalaron los autores.
Los investigadores querían “evaluar la especificidad y reproducibilidad de las alteraciones de la microbiota intestinal y delinear aquellas con potencial para convertirse en biomarcadores”.
¿Superposición biológica?
El trastorno depresivo mayor, la psicosis y la esquizofrenia fueron las únicas afecciones en las que se observaron consistentemente diferencias en la diversidad beta.
“Hemos visto hallazgos similares de metanálisis previos de estudios de marcadores inflamatorios y estudios genéticos, por ejemplo, lo que sugiere que existe una superposición biológica entre estas afecciones, que ahora también hemos visto en la microbiota”.
Los autores destacaron posibles factores de confusión, incluida la región de estudio y el uso de fármacos.
Afecciones como el trastorno depresivo mayor, la psicosis y la esquizofrenia se “investigaron en gran medida en Oriente”, mientras que la anorexia nerviosa y el trastorno obsesivo-compulsivo se investigaron principalmente en Occidente.
Además, la comparación de los resultados de los estudios sin medicación con aquellos en los que 80% o más de los pacientes tomaban medicación psiquiátrica mostró aumentos en las familias bacterianas Lactobacillaceae, Klebsiella, Streptococcus y Megasphaera solo en los grupos medicados, y disminuciones en Dialister.
A la luz de estos factores de confusión, los hallazgos deben considerarse “preliminares”, señalaron los investigadores.
Fuente: medscape.com
