En un contexto en el que se estima que antes del 2020, la población mundial de personas mayores de 65 años superará a los niños menores de cinco, las tecnologías genéticas y digitales podrían ser la solución para disminuir las enfermedades asociadas al envejecimiento en el mundo.
Así lo afirma un análisis realizado por EY, en el que se muestra que estas tecnologías podrían contribuir a que el envejecimiento sea más sostenible. Así lo indicó Óscar Marín, gerente de Robotic Process Automation de EY Centroamérica, Panamá y República Dominicana, quien añadió que la inversión en investigación para extender el ciclo sano, surge como una solución para gestionar la salud.
Dijo que esto surge debido a que el Foro Económico Mundial calcula que el tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles podría costar cerca de US$47 billones entre el 2010 y el 2030.
Explicó que la utilización de sensores en pequeños accesorios para medir comportamientos y lograr prevenir enfermedades, la recolección de datos en tiempo real generados por dispositivos y las tecnologías móviles o el acopio de datos conductuales recogidos de los sitios de redes sociales, serían algunas herramientas de este nuevo modelo.
“Actualmente el uso del software puede utilizarse para identificar patrones que revelan posibles enlaces entre genes específicos y las enfermedades, de una forma más rápida que lo que podrían hacer sus contrapartes humanas“, señaló Marín.
Las innovaciones también incluyen la genética y medicina regenerativa. “Los esfuerzos continuos para comprender el genoma humano aumentarán aún más, al combinar los datos genéticos con una gama de otros tipos de datos tradicionales“, explicó.
Según el estudio, la implementación de la tecnología contribuye al mejor análisis de datos y a un entendimiento creciente de la conducta humana y la biología del envejecimiento. “Así evolucionaremos del tratamiento de la enfermedad a su prevención, donde las condiciones deben ser más baratas y más fáciles de remediar“, concluyó Marín.
