Santo Domingo.- Aunque la causa exacta de la dermatitis atópica es desconocida, los estudios sugieren que ciertos factores pueden desencadenar la enfermedad o empeorar los síntomas. Dentro de los principales agravantes identifican el estrés, el clima, las alergias y la genética.
La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad crónica de la piel, que se caracteriza por la inflamación, sequedad, descamación y picazón en este órgano del cuerpo.
De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación con la carga mundial de morbilidad de las enfermedades (Global Burdeon of Diseases), se estima que la DA afecta al menos 230 millones de personas en todo el mundo.
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Inicialmente, se consideraba como una enfermedad de la infancia temprana, con una prevalencia de 15 % – 25 % en niños. Sin embargo, la evidencia más reciente ha mostrado que es muy frecuente en personas adultas, con tasas entre 1 % y 10 %.
La probabilidad de padecer la enfermedad es del 80 %, si ambos padres la tuvieron y del 55 % si solo uno la padeció.
No existe una prueba diagnóstica específica para la dermatitis atópica, por lo que su diagnóstico se hace clínicamente basado en antecedentes. Dentro de estos se consideran la morfología y distribución de las lesiones cutáneas y signos clínicos asociados.
El Departamento Médico de la empresa farmacéutica Pfizer explicó que dentro de los síntomas de la enfermedad se incluyen: piel seca y agrietada, picazón (prurito) y erupción en la piel hinchada, que varía de color según el color de piel.
Además, pequeñas protuberancias (en personas de piel morena o negra), exudado y costras, piel engrosada, oscurecimiento de la piel alrededor de los ojos y piel sensible por rascarse.
En el tratamiento debe participar un equipo multidisciplinario constituido por un dermatólogo, alergólogo, inmunólogo, psicólogo y/o pediatra. Cabe destacar que es imprescindible una buena relación entre el médico, el paciente y sus familiares, para conocer las características de la enfermedad y su evolución, donde se pueden presentar agudizaciones de síntomas.
Los tratamientos incluyen una combinación de terapias, entre ellos medicamentos y ciertos consejos para el cuidado de la piel.
La enfermedad está asociada a otros padecimientos como alteraciones del sueño, asma, infecciones tópicas y en otras localizaciones, dermatitis de contacto, obesidad, enfermedades cardiovasculares, depresión y ansiedad, entre otros.
Especialistas recomiendan acudir al dermatólogo en caso de tener aparición de estos síntomas, para lograr obtener el tratamiento adecuado para cada caso.