Se trata del libro “Buenos días, amanecer” de Georges Córdoba, venezolano radicado en Miami, quien sobrevivió a un melanoma avanzado con metástasis en el cerebro. En 172 páginas el autor nos revela sus secretos para sobrellevar y vencer esta terrible enfermedad.
El calvario de Georges Córdoba comenzó de repente y sin previo aviso cuando sintió una comezón en un lunar que tenía en la cabeza, y su esposa, al ver la lesión, le sugirió que visitara a un dermatólogo. Después de varios exámenes, un especialista le realizó una biopsia al lunar. El diagnóstico fue fulminante: el tipo de cáncer más grave en la piel.
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Esa palabra retumbó por varios días en su cabeza y en esa encrucijada existencial que impone una enfermedad tan demoledora, Georges decidió emprender el camino de la sanación.
Luego de 10 años de tortuosos tratamientos que incluyeron diez cirugías, dos linfadenectomías, tres craneotomías, dos procedimientos de Gamma Knife, unas cuantas biopsias, tratamientos con interferón alfa de segunda generación, quimioterapia y radioterapia, Georges comprendió el verdadero valor de la vida y lo más importante: compartir su experiencia con los demás.
Por esta necesidad de transmitir cómo afrontó este mortal diagnóstico y que su testimonio sirviera para otros pacientes de cáncer, Georges decidió escribir “Buenos días, amanecer”, un aleccionador relato que en 172 páginas describe con desgarradora honestidad las vivencias del autor en esa etapa crucial de su vida.
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“Tener cáncer no solo es un diagnóstico para el paciente, sino para toda su familia y quienes le acompañan en su recorrido hacia la sanación. Recibir la noticia implica emociones de tristeza, rabia, negación y aceptación, pero la forma cómo se asuma la enfermedad puede abrir nuevas oportunidades para practicar el perdón, ponerse al servicio de los otros y valorar los pequeños detalles de la vida”, reflexiona Georges.
Diagnosticado a los 42 años, en la plenitud de la madurez, y tras haber perdido semanas antes a su madre por cáncer de pulmón, Georges no cedió espacio al pesimismo. El tiempo no estaba a su favor y la pesadumbre simplemente no era una opción. “Todas las emociones que se sienten en el largo trayecto hacia la sanación son experimentadas por todos de la misma manera. Hasta las personas más devotas han tenido dudas sobre la fe en Dios cuando están en etapas difíciles de su vida”, explica Georges.
Un dato significativo que arroja el autor en su libro nos revela que, a pesar de que existen estadísticas confiables sobre los pacientes que se curan o mueren por cáncer, es fundamental que quien padece la enfermedad no se identifique con los números.
“Cada persona es un caso distinto y está en las manos del paciente su recuperación. Los médicos están para ayudar a través de los tratamientos, pero la recuperación de la salud depende en gran medida de la actitud del paciente. Hacer ejercicios físicos, adquirir buenos hábitos alimenticios y propiciar un estado de serenidad en todo lo que se haga son clave”, asevera.
Escribe Georges en su libro: “Comprender la importancia de contar con el apoyo de la familia, así como también de un equipo de soporte, más estar consciente de que eres el dueño de la enfermedad y, por lo tanto, de que debes prepararte física, mental, emocional y espiritualmente, son factores cruciales para luchar contra ese oponente y recuperar tu salud”.