En materia mortalidad materno infantil, la República Dominicana, sigue ocupando los primeros lugares, por lo que la Universidad Iberoamericana (UNIBE) llamó a analizar sus causales para disminuir las cifras.
Dijo que las causas de la mortalidad en su mayoría son las enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión arterial y cáncer.
Sostuvo que 2019 podría ser el inicio de una reforma integral y estructural para lo que propone que se restablezca una mesa de trabajo con los actores y líderes del sector para intentar construir una propuesta y compromisos orientados a resultados.
De igual forma, UNIBE propone que desde su Decanato de Investigación en Salud, se analice la base de datos de los casos de muerte materno infantil y realizar un estudio retrospectivo y de análisis de cada caso para identificar las causas que incidieron en esas muertes.
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Asimismo, aportar los resultados a una mesa de trabajo liderada por las autoridades y el Colegio Médico Dominicano para construir un plan de mejoras y acciones dirigidas a disminuir estos indicadores de mortalidad.
De igual forma, analizar la procedencia por nacionalidad de cada caso, así como su nivel socio económico y escenarios donde se llevaron a cabo los seguimientos, si lo hubo o no, prenatales de esos embarazos y el seguimiento neonatal y pediátrico ambulatorio de cada niño fallecido.
Todo esto podría resultar en el establecimiento de redes de atención estructurada por niveles con lo cual aquellos embarazos de alto riesgo detectados desde la consulta prenatal sean acompañados durante el embarazo bajo protocolos preestablecidos con los cuales se tomen las medidas preventivas y evitar la muerte como un resultado final.
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Sostuvo que estos indicadores en el sistema de salud deficiente y mal estructurado no garantizan una prestación de salud de calidad, oportuna, accesible y menos aun que procure el estado de salud de los ciudadanos.
Dijo que estas causales son compartidas entre los actores del sistema, pero carecen de un plan apropiado y con baja inversión en salud, profesionales y recursos humanos de muy baja calidad en su formación profesional, ciudadanos que no tienen un nivel mínimo de conocimientos por la baja escolaridad que le permita asumir con responsabilidad en estilos de vida y el autocuidado de la salud.
“En fin si no asumimos de manera compartida la responsabilidad y el compromiso colectivo para cambiar nuestra realidad sanitaria, estos indicadores no se modificarán favorablemente”, precisó, en un comunicado.
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Recordó que el pacto firmado entre autoridades, gremios y actores en el 2017 plasmaba el compromiso y acuerdos para trabajar en conjunto y establecer estrategias colegiadas para lograr mejores resultados en la salud de los dominicanos, pero dichos acuerdos no se han cumplido.
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Concluyó que “llegó el momento de tomar acciones que conduzcan a la toma de decisiones e intervenciones y dejar la práctica de la lanzar culpas estériles de quien es o quiénes son los responsables”.
