Pasar una hora en terapia de conversación con un profesional acreditado cuesta mucho más y lleva más tiempo que tragar una píldora antidepresiva de bajo costo.
Pero para las personas con un nuevo diagnóstico de depresión mayor, los costes y beneficios de los dos enfoques terminan siendo iguales después de cinco años, según muestra un nuevo estudio publicado en la revista ‘Annals of Internal Medicine’.
El análisis, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan y la Universidad de Harvard utilizando datos del mundo real sobre los costes del tratamiento, sobre los efectos positivos y negativos para la salud y los efectos del tratamiento y los síntomas de depresión en la productividad, podría ayudar a guiar la cobertura de la atención y el seguro en el futuro.
El estudio sugiere que más personas recién diagnosticadas con depresión deberían tener la oportunidad de probar sesiones individuales y grupales de terapia cognitiva conductual, o TCC, como su primer tratamiento, si prefieren la terapia a tomar un medicamento antidepresivo.
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Grupos nacionales de médicos como el Colegio Americano de Médicos respaldan dar a las personas recién diagnosticadas con depresión la opción de elegir cualquiera de los dos enfoques.
Pero esto significaría ampliar la capacidad del sistema de salud para proporcionar un mayor acceso a la psicoterapia que el que está disponible actualmente.
Sin embargo, hacer que la TCC esté más disponible podría ahorrar dinero para las empresas y las agencias gubernamentales que pagan por la atención de la depresión, lo que incluye dar a los pacientes más tiempo libre de depresión para mejorar el rendimiento en el trabajo.
«Se podría suponer que los antidepresivos son más rentables que la psicoterapia, porque no requieren tiempo de traslados, tiempo fuera del trabajo y tantos contactos con los proveedores como la terapia –señala el primer autor Eric L. Ross, psiquiatra en la Escuela de Medicina de Harvard, el Hospital General de Massachusetts y el Hospital McLean–. Pero al incorporar la eficacia a largo plazo de cada tratamiento, encontramos que ninguno de los tratamientos es consistentemente superior al otro».
«Dado que la TCC y los antidepresivos son aproximadamente equivalentes desde una perspectiva económica de la salud, otros factores deberían determinar qué tratamiento recibe un paciente individual, y el factor más importante son los valores y las preferencias del paciente», apunta Kara Zivin, autora principal del nuevo estudio y profesora de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan.
Fuente: infosalus.com