Santo Domingo.- A pesar de los avances de la ciencia, la encefalitis, inflamación del cerebro producida por un conjunto de enfermedades, sigue con bastante frecuencia en República Dominicana.
La encefalomielitis aguda diseminada es la inflamación del cerebro y la médula espinal producida por una reacción de hipersensibilidad a un virus o a una proteína extraña.
Esta patología que está estrechamente relacionada con las estaciones del año y los gérmenes imperantes celebra su Día Mundial como cada año este 22 de febrero. Esta dedicatoria busca educar y concienciar a las personas sobre la enfermedad.
Tiene una incidencia de 150 a cuatro mil casos por año en Estados Unidos, especialmente en niños, patología que se presenta mayormente durante las epidemias.
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De acuerdo con datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las muertes por encefalitis en República Dominicana han llegado a 48 (0,08% de todas las muertes).
La tasa de mortalidad por edad es de 0.47 por cada 100 mil habitantes. Los datos confirman que República Dominicana ocupa el lugar número 140 en el mundo, especialmente en niños y adolescentes.
La doctora Awilda E. Candelario Cueto, médico neuróloga internista, explica que, la encefalitis viral es una enfermedad grave que implica el compromiso inflamatorio del parénquima cerebral.
Agrega que las infecciones virales del Sistema Nervioso Central ocurren con frecuencia como complicación de infecciones virales sistémicas.
La especialista con práctica en el Grupo Médico San Martín, asegura que más de 100 virus están implicados como agentes causales de esta enfermedad.
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Entre esto cita, el virus Herpes simple tipo I, que afirma es el agente causal más frecuente de encefalitis no epidémica en todos los grupos poblacionales del mundo.
De igual forma, dice que es el responsable de los casos más graves en todas las edades.
Además, sostiene que “muchos de los virus para los cuales existe vacunas también pueden causar encefalitis como: sarampión, paperas, polio, rabia, rubéola, varicela y otros”.
Advierte que las vacunas protegen a los niños de muchas de las enfermedades que tradicionalmente eran propias de la infancia, pero en el caso de la encefalitis no se puede prevenir, sino intentar evitar aquellas enfermedades que pueden desembocar en una encefalitis, a través de las vacunas (polio, sarampión, haemophilus e influenza).
Reitera que existen varias causas, pero la más común es una infección viral, aunque aclara que puede producirse generalmente por la infección de gran variedad de gérmenes como bacterias, rickettsias, espiroquetas, leptospiras, parásitos y hongos.
La especialista asegura que, con la excepción de los virus, la encefalitis suele ser un síntoma más, casi nunca el más llamativo, dentro del cuadro clínico de la enfermedad, que según aclara, cuando se refiere a una encefalitis, se hace como sinónimo de encefalitis vírica.
Especifica que, la encefalitis puede preceder el cuadro neurológico, o solo causar signos y síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre o dolor de cabeza, o bien no causar ningún síntoma.
“A veces, los síntomas parecidos a los de la gripe son más graves. La encefalitis con frecuencia puede causar confusión, convulsiones o problemas sensoriales o motrices, como problemas de vista o de audición”.
Sostiene que, el síndrome de encefalitis se caracteriza por un síndrome febril agudo con evidencia de afectación encefálica: disminución del nivel de conciencia, estado mental anormal, mioclonías, crisis epilépticas y signos focales cerebrales deficitarios.
Afirmó que esta condición puede afectar el nivel de conciencia severamente, causando trastornos mentales como alucinaciones, cambios de personalidad y alteración conductual, entre otros.
De igual forma, agregó que las crisis epilépticas son frecuentes, habiéndose descrito hasta en un 50% de las encefalitis graves, si bien la respuesta a fármacos antiepilépticos suele ser favorable.
En cuanto al diagnóstico, dijo que la encefalitis se sospecha en los pacientes con alteraciones inexplicables del estado mental.
Para ello, sugiere algunas pruebas diagnósticas como resonancia magnética de cráneo y el análisis de líquido cefalorraquídeo (que incluye PCR [polymerase chain reaction] para los virus más frecuentes), por lo general con otras pruebas como las serológicas.
Sin embargo, sostiene que la causa de la enfermedad en muchos casos permanece desconocida.
Mientras que el tratamiento es de sostén, y va a depender del microorganismo causal y la gravedad del cuadro, pudiendo incluir antivirales, antimicrobianos y tratamiento sintomático de la encefalitis incluye tratar la fiebre, la deshidratación, los trastornos electrolíticos y las convulsiones.
Por Gabriela Mora
