Apuntes sobre la medicina legal (I)

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Santo Dostern10.jpgmingo.-En este artículo el experto en oftalmología e historia de la medicina dominicana, doctor Herbet Stern, habla sobre los inicios de la medicina legal en República Dominicana. 

Les dejamos el contenido:

En nuestra historia, hay referencias de que el primer médico que actuó como médico legal o legista fue el doctor Diego Álvarez Chanca, quien era llamado para verificar las condiciones de pacientes heridos.

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Luego hay escasa referencia a este quehacer médico y es en la Ley #159 de 1848 sobre Tribunales, en que vemos una alusión de Médico Forense Honorífico en el capítulo que trata de Policía (artículo #52).

La información versa “sobre heridas o golpes que no han causado la muerte y no han concurrido en el hecho, circunstancias agravantes de premeditación o asechanza”, el alcalde, no enviará el proceso al fiscal sin que vaya acompañado del certificado expedido por “un facultativo o inteligente en la materia”, atestando que dichas heridas o golpes, pueden o no causar incapacidad de trabajar por más de veinte días.

Esta disposición se reprodujo durante varios años en leyes similares y revela que la misma justicia, aceptaba el ejercicio de personas inteligentes en materia de medicina, equiparados a los facultativos sin la debida excepción, esto es, que donde no hubiese facultativos, se admitieran los certificados expedidos por inteligentes en la materia.

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Estos datos proviene del trabajo del estudiante Humberto Loinaz en 1942.

Una pequeña modificación aparece en la nueva Ley de Organización Judicial de 1852 (Pág. #253), pues, ya no sólo son los inteligentes en la materia médica los que podían asesorar a la justicia, sino también, “los curiosos en el arte” (Art. #47) en las causas sobre “heridas o golpes en que pueda resultar al reo penas aflictivas o infamantes, los alcaldes harán reconocer por facultativos o curiosos en el arte dichas heridas o golpes, especificando su gravedad, el instrumento con que hayan sido ocasionadas y todas las demás circunstancias que la acompañan y que concurran a la formación de un juicio exacto sobre ellas”.

De ello podemos derivar que, los experticios rendidos por estos últimos personajes, es decir, inteligentes y curiosos, tenían valor legal antes nuestros tribunales de justicia, cosa que afortunadamente, ya no existe.

A pesar de que la medicina legal se estudiaba en Europa desde el siglo XVI y XVII con Paolo Zacchia, Rodrigo de Castro y otros, no se conocía aún tal ciencia con carácter científico.

Esta comenzó a conocerse en nuestra universidad en el año 1853, cuando Pedro Santana, corrigiendo el plan anterior de estudios universitarios, creó una novedad con su Decreto #308 (Pág. #314 del tomo segundo de nuestra colección de leyes), dictando nuevas medidas sobre la enseñanza de la medicina.

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Por primera vez en nuestra universidad se habla de anatomía, química médica, física médica, historia natural médica, farmacología, higiene, patología quirúrgica, patología y terapéutica, operaciones y medicina legal, partos, enfermedades de las mujeres recién paridas y de los niños recién nacidos, así como otras materias para las facultades de Filosofía y Derecho.

En 1854, la diputación provincial de Santo Domingo, dictó un reglamento de Policía y Buen Gobierno (Pág. #394) que ordenaba a los profesores de medicina y cirugía dar parte a las autoridades de las enfermedades epidémicas y contagiosas, así como también de los que fallecieron de estas o con señales de envenenamientos o violencia bajo pena de quince francos de multa y la persecución a que hubiese lugar.

En febrero 10 de 1855 (tercer tomo, pág. #50). La nueva Ley de organización judicial, hacía pequeñas variaciones en su art. #58 y llamaba “facultativos o curiosos” a los que, no siendo médicos, intervenían en el reconocimiento de heridos.

En junio 16 de 1859, se incluía en el plan de estudios medicina legal y una novedad para la época: bibliografía de la cirugía y de la farmacia o farmacia legal. Conviene hacer notar que en 1862 todavía no se había creado aquí el cargo de médico forense, de acuerdo al trabajo del doctor Loynaz.