Internacionales.– El destacado científico canadiense Michael Coulthart denunció ante un colega que le impidieron estudiar una misteriosa enfermedad cerebral que se presentó como un brote en la provincia de Nuevo Brunswick.
Según Coulthart, esta enfermedad afectaba a más de 200 personas con severos deterioros neurológicos de causa desconocida.
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Los correos electrónicos filtrados revelan que dos años después, las autoridades sanitarias de la provincia cerraron la investigación y descartaron la existencia de un conjunto de pacientes con un mismo trastorno cerebral. Atribuyeron los síntomas similares a errores de diagnóstico y los atribuyeron a enfermedades preexistentes como cáncer o demencia.
Coulthart sostuvo en sus correos que, en su opinión científica, algo real está sucediendo en Nuevo Brunswick que no puede ser explicado por el sesgo o la agenda personal de un neurólogo. Afirmó que unos pocos casos podrían deberse a esos factores, pero que son demasiados (más de 200) para ser explicados de esa manera.
El microbiólogo denunció haber sido «en esencia, aislado» de la investigación, y que lo apartaron por motivos políticos, ya que pensaba que el mal podría deberse a la exposición a un entorno medioambiental nocivo.
El trastorno cerebral detectado en los pacientes tiene similitudes con la enfermedad priónica de Creutzfeldt-Jakob, una enfermedad neurodegenerativa y de rápida progresión, pero siempre fatal. Los síntomas incluyen problemas de memoria y equilibrio, espasmos musculares, dificultad para caminar, visión borrosa, pérdida de peso, cambios de comportamiento y dolor en las extremidades.
Coulthart, científico canadiense, afirmó que este fenómeno no encaja fácilmente en «paradigmas superficiales» de la patología diagnóstica, y que la complejidad del asunto dio a los políticos un «resquicio» para concluir que lo de Nuevo Brunswick no se trataba de «nada coherente».
Los pacientes que padecen este mal desconocido se sienten abandonados e ignorados a distintos niveles de Gobierno, ya que las autoridades se niegan a reconocer la gravedad de la situación en la provincia.