Santiago.- El Centro Cardiovascular HOMS, y concretamente su servicio de Cirugía Cardiovascular, siguen avanzando en la implementación de nuevas técnicas más seguras para sus pacientes.
El doctor Reynaldo Vargas, junto con el cirujano asesor internacional en cirugía cardiovascular, doctor Miguel Ángel Carrasco (España), ha iniciado el programa de cirugía de válvulas cardiacas por mínimo acceso en el Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), “aumentando así la calidad en la asistencia para nuestros pacientes y coloca a nuestro hospital como referente de esta cirugía en el país”.
Una nota del centro de salud indica que el caso consistía en minimizar la agresión al paciente realizando pequeñas incisiones de mayor estética que la planteada normalmente.
Agrega que eso permitió la evolución postoperatoria, “siendo posible desacoplar de forma temprana al paciente del ventilador artificial, además de un sangrado mínimo durante y después de la cirugía y menor dolor”.
“Todo esto facilita un alta precoz y más rápida incorporación del paciente a sus actividades cotidianas”, observa el comunicado de prensa del HOMS.
Manifiesta que tanto el abordaje quirúrgico tradicional, con una herida grande en la parte anterior del tórax, como el mínimamente invasivo, son abordajes quirúrgicos seguros.
Ahora bien –asegura-, la técnica mínimamente invasiva presenta ventajas importantes en cuanto a la incidencia de complicaciones, la estancia hospitalaria y la calidad de vida. El reducido traumatismo quirúrgico, provoca menos intervenciones por sangrado y una disminución de transfusiones sanguíneas.
Explica la nota que “esto se debe a que, en comparación con una esternotomía completa, la cirugía mínimamente invasiva reduce el dolor postoperatorio, aumentando el bienestar de los pacientes”.
Describe que la mayor estabilidad del esternón permite a los pacientes la movilización y de esa manera pueden ser sometidos a fisioterapia respiratoria de manera más efectiva, con la consiguiente reducción de las complicaciones respiratorias.
Recuerda que en París, en el año 1996, el doctor A. Carpentier fue el primero en reparar una válvula mitral por técnicas de mínimo acceso y ya para el año 1999 se habían realizado en el mundo 568 sustituciones mitrales, 491 reparaciones, en un total de 104 centros aproximadamente.