España.- La resistencia a los antibióticos mata cada año solo en Europa a 33.000 personas; en todo el mundo acaba con la vida de 700.000.
La doctora María Neira, una de las mayores autoridades en salud pública en todo el mundo y alto cargo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), contaba en una conferencia en Estocolmo en agosto su devoción casi religiosa por los antibióticos.
“Han estado en mi vida desde pequeña, hasta crecí en una calle que se llama Doctor Fleming”, relató. Por eso, para ella fue un choque duro de asumir ver penicilina de oferta en un campo de refugiados en Guatemala. “Compra un blíster y te regalamos otro”, rezaba el anuncio.
La sobreexplotación de uno de los mayores descubrimientos científicos de la historia de la humanidad está creando bacterias que aprenden a luchar contra los medicamentos y se convierten en amenazas tan resistentes que nada puede detenerlas.
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La resistencia a los antibióticos mata cada año solo en Europa a 33.000 personas; en todo el mundo, acaba con la vida de 700.000. “Muchos expertos temen que entremos en la era post antibiótica”, declara Fernando González, genetista de la Universidad de Valencia.
Esta es una de las amenazas a la salud que se cierne sobre todos nosotros. Por los números, más bien es ya una realidad que nos castiga como resultado de nuestra mala práctica.
Es uno de los tres problemas que ocupan el podio de los grandes problemas que deberá encarar la sociedad de aquí a 2050, según varios especialistas que se citaron para debatir sobre el tema en el congreso de la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional celebrado en Ávila la última semana de octubre. El cambio climático y los movimientos antivacunas son los otros dos.
“Se calcula que los fallecimientos por resistencia a los antibióticos ascenderán a diez millones en todo el planeta de aquí a 2050”, alerta González.
“Históricamente hemos tenido muy mala adaptación a las infecciones. A principios de siglo, las enfermedades contagiosas eran las que mataban a más gente, pero eso ha cambiado gracias a la higiene, las vacunas y los antibióticos”, detalla el experto.
Algo que podría cambiar si las bacterias continúan aprendiendo a derrotar a la medicina.
“Con otras lacras se han tomado medidas, por ejemplo, contra los accidentes de tráfico. ¿Por qué no sucede esto contra el uso excesivo de antibióticos? Podríamos debatir si las farmacéuticas están haciendo lo suficiente, porque la realidad es que llevan 30 años sin producir un medicamento nuevo”, afirma el genetista González.
Fuente https://elpais.com/