Santiago.- El pastor Pablo Ureña se encadenó la mañana de ayer en demanda de que el Gobierno y Salud Pública atiendan las necesidades del Hospital Infantil Arturo Grullón, el cual no tiene un tomógrafo y trabaja con un quirófano de los siete existentes.
La información fue difundida ampliamente por periódico y canales de televisión.
En declaraciones difundidas por el periódico Hoy, el religioso señaló que da vergüenza, que a diario mueran niños que no pudieron ser atendidos con tiempo en el centro hospitalario por la falta de un aparato cuyo costo no es tan alto y que, al mismo tiempo, el Gobierno gaste millones de dólares en “artículos y cosas menos significativas que equipos para este hospital regional para niños y niñas pobres”.
Ureña explicó que se encadenó porque a él le duele ver cómo familias que no tienen dinero para hacer una tomografía y que en el hospital le digan que no pueden hacerla allá. Luego los padres se llevan al menor, muere y “claro, no pueden implicar al hospital”.
Sostuvo que desde hace tres años no hay tomógrafo y que de los siete quirófanos que existen solo hay uno que funciona y se habilita para las emergencias. Por ello, los casos que ameritan ser programados son eternos.