Santo Domingo.- El presidente Luis Abinader cumple dos años de gobierno el próximo día 16, ocasión para que las sociedades médicas analicen cómo ha sido su gestión en el tema de salud.
Al pasar balance, la Sociedad Dominicana de Psiquiatría considera que en este período aun se sigue batallando con las consecuencias directas e indirectas de la pandemia generada por el covid-19.
Así lo afrmó el doctor Julio Chestaro, presidente de la entidad al informa que desde que inició la pandemia, la mayoría de los gobiernos comenzaron a hablar de las dos «pandemias» que seguirían la económica y la de salud mental, teniendo que reconocer que lo «económico» también impacta la salud mental.
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«Ahora mismo la salud mental está en crisis en nuestro país. La demanda de los servicios ha aumentado y desde antes de la pandemia, en República Dominicana, no estábamos preparados para brindar un servicio de calidad a los más desposeídos.», afirmó Chestado.
De igual forma indicó que la ley de salud mental, Ley 12-06, contempla una serie de servicios y estructuras que conformarían una red de servicios de salud mental. Sin embargo, lo planteado por esta ley apenas se inició y todas las demás estructuras y servicios, que serían el soporte del sistema, están durmiendo el sueño eterno.
«Las necesidades, en lo referente a salud mental son muchas, la salud mental nunca ha sido una prioridad para muchos países, incluyendo el nuestro. Esto lo evidencia el vergonzoso porcentaje del presupuesto nacional de salud que se dedica a la salud mental. Mientras países como Francia invierten el (15%) del su presupuesto de salud en salud mental, Noruega (13.5 %), Alemania (11%), Reino Unido (10 %), Canadá (10%), República Dominicana invierte menos del 1%», afirmó Chestaro.
«Estamos ante una situación de emergencia, la salud mental de nuestros ciudadanos esta cada día más afectada, es tiempo de actuar. Sabemos que la salud mental es de vital importancia, aunque algunos aún se resisten a creerlo. Sin salud mental no hay salud». señaló el especialista.
En este sentido, indicó que ahora, la realidad es la siguiente, «no podemos mejorar los servicios que ofrecemos a los pacientes que padecen una enfermedad mental, si las personas que elaboran y aprueban la ley general de gastos públicos, el presupuesto de la nación, no reconocen la importancia de la salud mental, mediante una asignación presupuestaria digna que impacte de manera positiva los servicios que tenemos que prestar».
«En estos 2 años de gobierno, reconocemos que se han realizado grandes esfuerzos por mejorar la calidad de los servicios prestados en salud mental. Han tratado de ser creativos con los pocos recursos que manejan, pero la creatividad tiene su límite. Salud mental históricamente ha sido la cenicienta de nuestro sistema de salud, ya no debemos esperar más, esto tiene que cambiar. Para que ese cambio se produzca se requiere de una firme voluntad política y de un fuerte compromiso económico».
«En nuestra opinión, la importancia que este gobierno le da a la salud mental será demostrada cuando presenten el presupuesto general de la nación. Si la asignación continua en menos del 1% del insuficiente presupuesto de salud general, que no se hable más de salud mental en este país, porque no tendría dolientes».