Vacunas contra COVID-19 una solución o conflicto a largo plazo

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Estados Unidos.- El desarrollo de vacunas seguras y eficaces contribuyó a que la pandemia por el coronavirus se fuera desacelerando. Un estudio en 141 países reveló que la vacunación evitó 2,4 millones de muertes en exceso hasta agosto de 2021, según investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) y la Universidad de Brown, en los Estados Unidos.

Como el virus aún sigue circulando en el mundo, se recomienda la aplicación de dosis de refuerzo, especialmente en personas con más riesgo de sufrir cuadros graves.

Algunas aplicaciones de vacunas pueden tener efectos secundarios. Sin embargo, los beneficios de la inmunización siempre han sido mayores que los riesgos, como quedó demostrado en los ensayos clínicos que evaluaron a los inoculantes previo a su autorización por las autoridades regulatorias nacionales.

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, las vacunas, como también cualquier medicamento, pueden tener efectos secundarios.

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Los efectos secundarios suelen desaparecer en unos días y tienden a ser leves y temporales, como los que se experimentan después de las inmunizaciones que eran de rutina antes del COVID. “Aunque no experimentes ningún efecto secundario, tu organismo está creando una protección frente al virus que causa COVID-19″, aclararon los expertos de los CDC.

Las reacciones alérgicas graves tras la vacunación son raras, pero pueden poner en peligro la vida. Los síntomas pueden incluir Anafilaxia, que es una reacción potencialmente mortal que debe tratarse con epinefrina (EpiPen) y puede requerir hospitalización. Los signos incluyen sibilancias, dificultad para respirar o presión arterial baja; y a veces urticaria, así como también, Inflamación de las vías respiratorias, que incluye la lengua, la úvula o la laringe, entre otros.

En bebés y niños pequeños, los síntomas comunes incluyen irritabilidad o llanto, disminución del apetito y somnolencia.

En diversos países, también se aplicó la vacuna “ChAdOx1-S”, desarrollada por la Universidad de Oxford y la empresa AstraZeneca, en el Reino Unido, que utilizó una plataforma de vector viral no replicativo.La vacuna para COVID-19 desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca se ha asociado con el síndrome de trombosis con trombocitopenia.

En 2021, científicos de la empresa habían publicado el informe ‘Trombosis muy rara con trombocitopenia después de la segunda dosis de AZD1222: un análisis de la base de datos de seguridad global’. El documento señaló que “desde el lanzamiento de la vacuna, se han informado casos muy raros de trombosis con síndrome de trombocitopenia”.

La asociación entre la vacuna y el padecimiento también se identificó en un estudio publicado en 2022 por la revista científica The British Medical Journal. El trabajo analizó diversos casos sospechosos en Francia, Alemania, los Países Bajos, España, Reino Unido y Estados Unidos.

Sin embargo, el Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas, un grupo de expertos que ofrece a la Organización Mundial de la Salud (OMS) orientaciones independientes y bien fundamentadas sobre el uso seguro de las vacunas, consideró lo siguiente en 2022: “Se ha notificado un nuevo tipo de evento adverso muy raro, conocido como síndrome de trombosis con trombocitopenia, tras la administración de esta vacuna. Este síndrome comporta alteraciones de la coagulación sanguínea graves y poco frecuentes asociadas a recuentos plaquetarios bajos”.

La autoridad regulatoria de medicamentos en el Reino Unido también ha informado a la población sobre la posibilidad de que sucedan efectos secundarios con la administración de la vacuna desarrollada por Oxford/AstraZeneca en 2023.