La Sociedad Dominicana de Pediatría tildó de penosa la situación, que según dijo, se vive actualmente con relación a la mortalidad en los hospitales del país, especialmente con la defunciones de recién nacidos.
El presidente de la entidad, expresó que las muertes de recién nacidos en el hospital Jaime Mota de Barahona «es el destape de una olla de grillos, porque situaciones similares suceden en casi todas las maternidades del país».
El doctor Edgar Vargas, explicó que su homólogos del Colegio Médico Dominicano (CMD), Wilson Roa, realizó una inspección de la situación de las instalaciones donde se ofrecen los servicios de salud, donde y en qué condiciones nacen esos niños.
Explicó que es un hospital de segundo nivel, que en la región funge como de tercer nivel por la demanda de servicios, donde las condiciones de trabajo tanto del personal asistencial como de la planta física no soportan esa demanda. «Donde en un día de trabajo en el área de pediatría, la responsabilidad recae sobre los hombros del pediatra de servicio, recibiendo recien nacidos, asistencia en el área de emergencia y seguimiento en el area de internamientos. Con uno 10 a 18 nacimientos diarios y un servicios de pediatría con más de 30 camas, generalmente llenas por la demanda y el alto número de asistencia en el área de emergencia, el más capacitado experto sucumbe».
El presidente de la entidad que agrupa a los pediatras del país, afirmó que la solicitud de contratación de personal médico, de arreglo de las áreas, corrección de la suciedad y la falta de agua ha sido innúmera.
«Invitamos a los incrédulos a compartir esas 24 horas titánicas en un servicios de pediatría, donde intentamos de la nada, hacerlo todo. Con el nacimiento de un recién nacido complicado o un prematuro, donde no tenemos oxigeno para reanimar por falta de un manómetro, donde el existente podría estar siendo usado por unos 2 o tres, o donde no tenemos un servicios de radiología para determinar que condición ha llevado al agravo a ese menor, neumotórax, neumonía, quien sabe. La agonía de querer hacer y no tener, querer entubar y no tener la cánula o el laringoscopio no sirve por falta de pila o quemadura de la bombilla , ¿para qué? Si no tenemos un CPAP y menos un ventilador y si lo tuviéramos en uso o no funciona por falta de mantenimiento».
Agregó que la falta de materiales y equipos mínimos necesarios en lugares donde se reciben recién nacidos con alto número de nacimientos prematuros, por madres adolescentes y adultas con un seguimiento prenatal inefectivo o fallido por la causa que fuere y sobrecarga de trabajo en un servicio de por mala distribución del mismo por parte del servicio, por incumplimiento o la causa que fuere, van hacer que esos números de muertes potenciales sigan en aumento.
Afirmó que los obstetras tienen un porciento de responsabilidad, y con un mejor seguimiento prenatal, apegado a las normas trazadas y haciendo traslados oportunos a esos casos, donde de ante mano saben que serán complicados, podemos reducirla.
Sin embargo destacó que los pediatras tienen un porciento de responsabilidad, que con mejor seguimiento post natal, estando y haciendo lo correcto bajo el amparo de las normas y sobre todo documentando lo hecho y lo dejado de hacer, también podemos reducirla.
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De igual manera, aclaró que el sistema de salud tiene un porcentaje de responsabilidad, que con mejoría de las área de trabajo, la contratación de más personal de salud, capacitados para trabajar en esas áreas críticas y la conformación de más unidades de atención intensiva perinatal, para que la atención del que nace sin complicaciones y del que nace con complicaciones que requiera traslado, se haga de manera efectiva, también puede reducirla.
El paciente también tiene un por ciento de responsabilidad, con el cumplimiento y seguimiento de las indicaciones, hechas por su médico, puede ayudar a reducirla.
El doctor Vargas recordó que con solo reconocer las fallas, no se va a devolver la vida a todos esos niños, pero «si buscamos soluciones en cada uno de los sectores involucrados, si vamos a evitar que otros recién nacidos terminen igual. Con culpar al otro de la situación, sin soluciones, seguirán los niños muriendo».
