“La microbiota es lo que era antes conocido como la flora intestinal, formadas por microorganismos que conviven con nosotros en nuestros cuerpos.
“Nosotros tenemos millones de bacterias tanto en nuestra piel, aparato respiratorio, en los ojos; pero la microbiota gastrointestinal nos ayuda a proteger nuestra salud en general.
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“Le damos a la microbiota un lugar en donde vivir, le proveemos de alimentos, mientras que ella nos regresa muchas propiedades benéficas para la salud.
“Nos protege contra potenciales bacterias malas que nos pudieran enfermar. Al comunicarse con las células de defensa de nuestro cuerpo que están repartidas a largo de todo nuestro tracto gastrointestinal, lo capacitan y le enseñan a nuestro sistema inmunológico a cómo defenderse y reaccionar.
“De tal forma que si logramos mantener una buena microbiota intestinal nuestro sistema inmunológico va a funcionar bien y se van a poder prevenir muchísimas enfermedades relacionadas con alteraciones inmunológicas. Dentro de éstas se encuentran las enfermedades alérgicas, asma, alergias alimentarias, intolerancia a la proteína de la leche de vaca y otros padecimientos que se presentan desde edades tempranas de la vida.
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“También puede ayudar a prevenir enfermedades como obesidad, diabetes mellitus, enfermedades autoinmune, de tal forma que la microbiota participa activamente en esta capacitación del sistema inmunológico; y no solo eso, sino que también se comunica con nuestro cerebro para poder regular adecuadamente la función de motilidad y general de nuestros intestinos.
“Si tenemos una buena microbiota vamos a tener buena digestión, buenas evacuaciones y menor número de trastornos funcionales digestivos.
https://www.youtube.com/watch?v=2YPce8WlawE&feature=youtu.be
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“Entonces como hay muchas cosas que pueden llegar a afectar esa microbiota, como es la forma en cómo nacemos (vía vaginal o cesárea), si recibimos leche materna o no, antibióticos y muchos otros medicamentos e incluso la falta de ejercicios, el estrés, todo esto puede dañarla o modificarla.
“Existen ciertas estrategias que esta microbiota que puede estar alterada se pueda recuperar; éstos pueden darse a través de una dieta balanceada (lo que comemos sirve como alimento para ella). También se puede modificar, a través de los probióticos, microorganismos o bacterias buenas.
“Los probióticos pueden acortar el tiempo de duración de una diarrea infecciosa e incluso prevenirlas.
“No son el tratamiento para las diarreas, pero de forma adyuvante ejercen una buena función.
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“También pueden ayudar a corregir otros trastornos gastrointestinales que están presentes desde etapas tempranas de la infancia como el cólico infantil.
Los probióticos han demostrado en varios estudios que se acorta el tiempo del cólico del lactante que es un padecimiento muy frecuente y que no contábamos con grandes herramientas terapéuticas”.
Por Gabriela Mora