El ensayo, llamado Imbokodo, mostró que la vacuna tenía 25% de efectividad en la prevención de la infección por VIH en dos años, sin embargo Johnson & Johnson detuvo una prueba en etapa intermedia de su vacuna contra el VIH en el sur de África después de que la inyección mostrara una capacidad insuficiente para proteger a las personas de contraer el virus.
Una vacuna similar desarrollada por la farmacéutica continuará siendo probada en Europa y América en un estudio de etapa final llamado Mosaico.
La interrupción del estudio es otro revés en los esfuerzos por controlar el VIH, una enfermedad tratable pero potencialmente letal que afecta a casi 38 millones de personas en todo el mundo.
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Ese estudio africano inscribió a unas 2.600 mujeres en cinco países en la parte sur del continente, donde la infección por VIH es extremadamente común y a menudo se transmite por contacto heterosexual.
Imbokodo comenzó a inscribir participantes en 2017, centrándose en mujeres con alto riesgo de contraer el VIH.
La vacuna contra el VIH de J&J utiliza un virus del resfriado que se modifica para generar una respuesta inmune contra el virus del SIDA.
Los participantes recibieron un total de cuatro inyecciones, dos de la vacuna y dos inyecciones de refuerzo que contenían proteínas del VIH que se esperaba que agudizaran aún más la respuesta inmunitaria.
A pesar del revés, se sostiene que la eficacia limitada de la vacuna puede ayudar a los científicos a avanzar hacia un tratamiento que sea más efectivo.
Se analizarán las respuestas inmunitarias de los participantes del estudio para comprender mejor por qué algunos estaban protegidos y otros no.