Santo Domingo.- El toque de diana está puesto en la salud mental debido a que en República Dominicana ocurren entre 600 y 700 suicidios al año y se estima que cada 13 horas alguien comete este acto en el país.
En lo que va del año 2022 en la isla del Caribe se han registrado más de mil intentos de suicidio, correspondiendo el 80% de estos casos a niños y jóvenes de entre 9 y 29 años de edad, en donde al menos 142 de esos intentos alcanzaron su fin.
La cifra anuncia a pasos agigantados el deficiente servicio de salud mental que existe en República Dominicana ya que en materia de prevención suicida son muchas las cosas pendientes por hacer, puesto que la ley de salud mental, Ley 12-06, contempla una serie de servicios y estructuras que conformarían una red de servicios de salud mental.
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Sin embargo, lo planteado por esta ley apenas se inició y todas las demás estructuras y servicios, que serían el soporte del sistema, están aún a la espera de ejecución.
Recientemente, el presidente Luis Abinader cumplió dos años de gobierno, ocasión para que la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, emitiera su opinion en la materia, afirmando que en este período aun se sigue batallando con las consecuencias directas e indirectas de la pandemia generada por el covid-19.
Así lo afrmó el doctor Julio Chestaro, presidente de la entidad al manifestar que «ahora mismo la salud mental está en crisis en nuestro país. La demanda de los servicios ha aumentado y desde antes de la pandemia, en República Dominicana, no estábamos preparados para brindar un servicio de calidad a los más desposeídos».
También refirió que la salud mental nunca ha sido una prioridad para muchos países, incluyendo a república Dominicana ya que se invierte menos del 1% del presuuesto en salud mental.
Si bien es cierto que el departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (MSP) posee la línea de información sobre la depresión en el 809-544-4223 se conoce que actualmente se han identificado iniciativas locales y extranjeras que ofrecen servicios psicológicos sin ninguna regulación, así lo dio a conocer el Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI).
En este sentido, en publicación realizada en NDigital, la presidenta de la institución Ana Simó criticó que en los hospitales, la mayoría de áreas de psicología “dan pena. No hay espacio de confidencialidad, el paciente no se siente cuidado, que eso es muy importante, porque estamos hablando de cosas personales. El estado no ha querido entender, y por lo tanto no prioriza, un tema tan importante como es la salud mental”.
Manifestó que es importante una política de pública enfocada en la salud mental, para prevenir las altas cifras de suicidio que hay en el país, y ayudar a la gran cantidad de personas que tienen trastornos mentales sin ser tratados.
La experta explicó que no todos los pacientes requieren de medicación, pero para esto es necesario asistir con una regularidad de por lo menos dos veces por semana a consulta, algo que es imposible por el largo y tedioso proceso que es tomar una cita en un hospital público. “La mayoría de los pacientes se desencantan”.
Línea de ayuda
El Servicio Nacional de Salud (SNS) ratifica que la Red Pública dispone de más de 3,000 psicólogos y 160 psiquiatras distribuidos en centros de segundo y tercer nivel en todo el territorio nacional, en donde se brinda atención psicológica y psiquiátrica, además de ingreso a pacientes con crisis emocionales, cuadros de agresividad o con intento de suicidio.
Informó que en Santo Domingo estas unidades están habilitadas en los hospitales Salvador B. Gautier, Ignacio Jacinto Mañón, Vinicio Calventi, Dario Contreras, Moscoso Puello y Unidad de Salud Mental Profesor Ramón Rey Ardid.
Por su parte, los habitantes de Santiago cuentan con la unidad del Cabral y Báez, mientras que en Barahona está disponible el Jaime Mota.
De su lado, en San Juan está el Alejandro Cabral y en San Francisco de Macorís el San Vicente de Paul.
En cuanto a las unidades de atención para pacientes infanto-juveniles están la del Santo Socorro en Santo Domingo, el Arturo Grullón de Santiago y el Luis Morillo King de La Vega.
Por Luisa Fernanda Alvarado
