Médicos de altura: el “superman” de dos instituciones (VIDEO)

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“No quiero perpetuarme como presidente del Patronato de la Plaza de la Salud”. Para él, es un desastre el sistema de salud. Abomina de los congresos médicos y pone medias distancias a las visitas médicas. Hereda la honestidad de familia y la vocación de servicio también.

Ha tenido un ejercicio profesional reconocido. Fue investido como Maestro de la Medicina por el Colegio Médico Dominicano, la más alta distinción otorgada por el gremio.

Este viernes continuamos con nuestra serie de entrevistas Médicos de altura. En esta ocasión hemos entrevistado al “superman” de la salud, pues además de altas responsabilidades en un hospital, también es cabeza de una academia universitaria privada.

Como ha de ser en un hematólogo de su categoría, Julio Amado Castaños Guzmán, tiene la sangre fría. Responde a las preguntas que pueden ser resultar incómodas, con una sonrisa y sin inmutarse, como si pareciera que tiene la respuesta de antemano preparada. “No, no quiero perpetuarme en el cargo, lo que sucede es que por el buen trabajo que hago me reeligen”, responde cuando se le pregunta por qué lleva 16 años al frente del Patronato del Hospital General la Plaza de la Salud. Lo dice sonriendo y luego abunda en detalles justificativos este hombre que permanece en el cargo desde el año 2001  y fue reelegido para el periodo 2016-2019.

Su carrera profesional habla por sí sola, como los numeritos hablan de la calidad de un veterano beisbolista. Profesor, decano, rector, presidente de un patronato, ha ido ocupando posiciones y cimentando una reputación que hoy está en la cresta. Al recibirme en su oficina en la Plaza de la Salud, es evidente que está allí en sus aguas.

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“El día a día aquí requiere dedicación, es un hospital de cuarto nivel, pero brinda un modelo de atención integral que ofrece todos los servicios de salud desde atención primaria hasta medicina especializada”, afirma.

Castaños Guzmán, quien es también rector de UNIBE, no se duerme en su puesto de presidente del Patronato del hospital. Una anécdota lo pinta de cuerpo entero, señala muy claramente que anda con las botas puestas. Un día iba caminando por uno de los pasillos de la Plaza de la Salud, y al conversar con un paciente y enterar de que llevaba horas sin ser atendido, averiguó que eso era porque estaba el facultativo atendiendo a un visitador a médico.

Desde ese día reguló dichas visitas, aunque hubo presión, pataleos, llamadas para que fuese revocada.

Y es que no se anda con rodeos ni es diplomático cuando se trata de hacer lo que considera justo para que allí funcionen las cosas de manera correcta. Y según dice, ese tipo de actitud a nivel gerencial ha dado frutos.

https://www.youtube.com/watch?v=-RufDfhxGzg&feature=youtu.be

“Nosotros (Hospital Plaza de la Salud) tenemos 20 años en el sistema de salud y han sido dos décadas dando calidad realmente, y nos hemos convertido en un referente”, dice con sentido de orgullo.

Ha tenido una trayectoria fructífera como para, en estos momentos, sentarse a descansar en sus laureles y ponerse a hacer un recuento sobre el pasado y contárselo a nietos, amigos y parientes. Pero el hombre que nos recibe una soleada mañana de febrero en su despacho, el hematólogo Julio Amado Castaños Guzmán, vestido de un azul fuerte, -más tenue la camisa, pero de igual fuerte la corbata- peinado a la perfección y con un rostro afeitado, no tiene intención de ello.

Lejos de eso, tiene la dirección de dos importantes instituciones en el país. Es rector de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) por nueve años de manera consecutiva (reelegidio para el 2015-2018) y presidente del Patronato de Plaza de la Salud. Con uno de esos cargos es suficiente para atosigar la vida de cualquier mortal, o alguien diría cómo lo hace. Pero para Castaños Guzmán, asumirlo es natural, no hace un extraordinario esfuerzo. “Los dos cargos me enloquecen”, suelta.

Afuera de su oficina, donde reina la tranquilidad, en pasillos, consultorios, todo es un hervidero. Es la gente en busca de la salud, de la cura, la gente procurando el ticket de consulta, la impronta de un colectivo que a diario se apersona al Hospital General Plaza de la Salud, un centro que ha ganado fama por el buen servicio.

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Tal vitalidad de afuera, al parecer lo contagia. Habla con fuerza, aunque no acompaña el verbo con el gesto, pero su discurso casi siempre lo trata de flanquear de sólidos argumentos.

Su pcasti6.JPGuesto no es un cargo burocrático, está lleno de retos y aunque señala el éxito del hospital, dice que a pesar de algunas críticas que se le hacen “definitivamente este hospital ha marcado, ha dejado huellas interesantes, en lo que es la gestión hospitalaria.

Cuando se le interroga en torno a una observación que ha hecho alguna gente de que la Plaza de Salud, tiene un aire o tufo de elitismo; es categórico en su respuesta.

“Eso es realmente es un estigma que desde el principio se estableció, incluso eso es parte de algunos sectores con intereses encontrados con este modelo hospitalario”, asegura.

Da cifras. “En este hospital se atienden anualmente 180 mil trabajadores, vienen a buscar servicio, nos tienen identificados”, dice.

Pero hay dos palabras que recalca, que paladea cuando las pronuncia. “Clase trabajadora”. A esa es que, según él, pertenece ese hospital y manda a quien lo dude a que se dé una vuelta cuando quiera y abra cualquiera de las habitaciones.

“A este hospital no se le perdona el éxito, que muchos de esos que hoy auguran elitismo y favoritismo, apostaban al fracaso del hospital; pero quienes han fracasado son otros que enarbolaron esa bandera”, responde así a los críticos.

Quizás visto a los lejos y al verlo vestido así, de azul, cualquiera que no lo conociera lo asociaría nada más a la rama administrativa o que este hombre pertenece a algún puesto ejecutivo de una empresa. Pero su formación, vocación y dedicación a los diversos aspectos de la medicina y el conocimiento, este Castaños Guzmán tiene un amplio conocimiento del tema, por lo que cuando afirma, sus señalamientos pueden ser semejar sentencias.

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Sistema de salud

Para definir al sistema de salud, utiliza tres palabras duras. “Es un desastre”. No tiene medias tintas y de inmediato asegura que

“es un desorden en el que no hay gobernanza, donde no hay rectoría, cada quien asume e interpreta sus responsabilidades como mejor le parezca y hay una falta de compromiso total.

Recuerda que él mismo participó en diálogos que no quedaron en nada y que fueron incumplidos por ambas partes.

“Identificamos importantes puntos para la reforma y hoy día no se ha hecho nada”, recalca.

“Nada más se hizo aumentar el salario, pero sigue el incumplimiento del horario y que los hospitales no pueden funcionar”. No le queda duda de que esto se debe a la falta de liderazgo de ambas partes

La solución es clara para él: “No se puede aplazar más la reforma del sector salud”. En este desastre, el más perjudicado es el paciente, la mayoría que está por debajo de la línea de pobreza”.

Sin embargo, muestra una luz en el túnel: “Nos estamos acercando a un momento interesante porque si bien la infraestructura del sistema de salud ha estado afectada por remodelaciones, reconstrucciones, creo que nos estamos acercando al final de eso y sólo tenemos que abocar a lo principal: a la prestación de servicios”.

 

Tronco de servicios

El doctor Castaños Guzmán es un apellido que huele a servicio público. Tal tufo le viene del padre, Julio Castaños Espaillat, quien fue funcionario del fenecido político Joaquín Balaguer (además fue rector de la UASD a los 34 años de edad). Eso sí, el jefe del Patronato de inmediato aclara que fue su progenitor un hombre con un sentido profundo de la dignidad y la honestidad y no hay más prueba de ello que cuando murió (a los 61 años) todos sus familiares debieron salir, velozmente, pero no a pelear o repartirse herencias, sino a pagar las deudas que él dejó. Un dejo de dolor se asomó cuando recuerda que su padre se alejó de la política y del PRD, con mucha decepción.

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De ese tronco de dignidad, salieron ramas que hoy están desperdigadas en diversos sectores: Servio Tulio Castaños Guzmán, Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), Julio César Castaños Guzmán, presidente de la Junta Central Electoral; y él, el campeón de los puestos, en UNIBE y en la Plaza de la Salud. Cuando habla de la madre, lo hace con reverencia, nos dice que

“Nervina es tan especial que a los 84 hizo una maestría y se mantiene lúcida”.

Pero eso no ha variado la dinámica ni la mecánica familiar. Aclara que a veces han tenido desacuerdos, pero que la unión nunca ha estado en juego.

 

Perfil claro

Para Castaños el buen médico debe tener un perfil claro. Debe ser atento con el paciente, desarrollar un grado afectivo. Se apega al concepto tradicional y si algo ve con suspicacia es su relación con laboratorios, su participación en congresos patrocinadas por casas comerciales.

“La vocación del médico es como un sacerdocio”, dice y detrás asegura algo que quizá debiera esculpirse en piedra: “La palabra del médico es mucho más efectiva que la medicina”.

Si algo le da nostalgia es que el médico del sector público haya perdido el amor que sentía por su hospital en los años 70 y 80, y “eso hay que rescatarlo”.

En un solo momento de la conversación se exalta un poco, cuando se le pide la opinión de que médicos extranjeros practican aquí como Pedro por su casa. “Eso hay que perseguirlo” y se queja de la poca energía que han mostrado las autoridades de salud.

Asegura que están las leyes dominicanas y que a él ni a nadie lo dejarían ejercer en el país de origen de esos médicos.

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Proyecto Plaza de la Salud

Si un anhelo tiene Castaños Guzmán es que el modelo de ese hospital se convierta en un subsistema de salud que se expanda y tener otros centros satélites.

Y aquí viene la buena nueva que ofrece: “En tres meses inauguraremos el primer centro satélite en el municipio Santo Domingo Este. Pero para él, en los próximos diez años su objetivo es mantenerse siendo un referente, seguir sirviendo a la clase trabajadora.

 

Sobre y Chanel Rosa

A Chanel Rosa Chupany, nuevo director ejecutivo del Servicio Nacional de Salud, le tira sus rosas. Considera que hará un gran trabajo, pues tiene el deseo, el carácter, la inteligencia y la voluntad para ello.
A su juicio él tiene el apoyo del gobierno, y eso es fundamental.

 

Ciudad Sanitaria

Con respecto a la Ciudad Sanitaria se fue en elogios hacia ella y dijo que hay que preservarla. Pero tiene una preocupación: que no sea bien supervisada o gestionada, por lo que propone una especie de patronato, “aunque la gente haya satanizado esa palabra” porque le teme ser vigilado”.

“Al presidente Medina le he mandado mensajes sobre este aspecto y de cuidarla”, dijo.

Para los que piensan que se jubilará pronto o que renunciará a uno de los dos cargos que ostenta, este hombre que sumados los años de reelecciones en UNIBE y la Plaza de la Salud, el doctor Joaquín Balaguer,en materia de repetir, es un aficionadoa su lado, les dice: “el día que deje de ser útil, me retiro, los miembros del patronato deciden eso

“Mi gran sueño es que este país tenga un sistema público de salud”, dice mientras la encargada de Relaciones Públicas hace señas. Le recuerda un compromiso que tiene a las doce. El se levanta, ofrece la mano, parece más alto que cuando estaba sentado, aprieta al interlocutor y subraya una amabilidad, la misma que habría usado para sus argumentos: “Vuelve cuando quieras, aquí las puertas siempre están abiertas”.

Por Eloy Alberto Tejera

resumendesalud@gmail.com