Primer informe de la Secretaría de Sanidad (II)

stern10.jpg

stern10.jpg

Santo Domingo.-Según este reporte de 1921, en febrero de 1920 se transformó el Laboratorio Municipal en Laboratorio Nacional.

El escrito decía: “Fue necesario un considerable trabajo para su organización especialmente en el equipo, porque el que tenía era inadecuado”.

Se pidieron nuevos equipos y se anunció que con ellos el Laboratorio tendría todo lo necesario para realizar los trabajos que regularmente hacían los laboratorios de Salud Pública.

Le puede interesar:

Neumonía una enfermedad infecciosa que puede ser mortal

Un problema fue el de encontrar el personal adecuado para fungir como director y subdirectores. En cooperación con la universidad de Santo Domingo se desarrollaron cursos de formación tanto para estudiantes de medicina como de farmacia, para que obtuvieran las calificaciones para dirigir el laboratorio.

Las autoridades contrataron a dos ciudadanos americanos para organizar el laboratorio. No menciona el reporte los nombres de esos dos señores, y deja entrever la posibilidad de que no fueran militares.

De todos modos esas personas organizaron el laboratorio estimulando la formación de los departamentos de bacteriología y de química sanguínea.

Le puede interesar:

Herbert Stern, reconocido como maestro de la medicina

El departamento de mayor utilización en 1920 fue el de los estudios o diagnósticos biológicos, esto es análisis de muestras de orina, sangre y heces. Hace notar el reporte que la mayoría de los médicos que ejercían en el país y en la ciudad de Santo Domingo indicaban básicamente análisis de orina, porque les era el más familiar.

Se estimulaba el empleo de análisis clínicos como una manera de prevenir enfermedades y de modernizar nuestra medicina.

Uno de los grandes retos del laboratorio nacional era el envío y recolección de muestras a todo el país. En 1920 no existían facilidades de transporte en el país y los viajes de Barahona a Santo Domingo o de Puerto Plata a la ciudad capital eran hechos sobre todo en goletas.

La idea que se tuvo fue la de crear equipos o maletas de transporte de muestras y se decidió establecer un sub-laboratorio en la ciudad de Santiago.

Le puede interesar:

Dr. Herbert Stern resume la historia de la FCS de la UASD

Como parte de este planteamiento se pensaba organizar los servicios de investigación diagnóstica, examinando grandes núcleos de población con la intención de detectar enfermedades y asociar eso a los datos demográficos y de enfermedades para poder establecer directrices sanitarias correctas.

Las pruebas que más interesaban eras las de paludismo, de enfermedades intestinales como parasitosis y la filaria.

La división de Registros, suministros y contabilidad era la que tenía a su cargo la regulación del ejercicio de las profesiones de la salud.

Hasta ese momento la regulación del ejercicio de la medicina dependía del Juro Médico, institución creada bajo la dominación haitiana de 1822 a 1844.

Lo primero que se hizo en esa división fue la evaluación de diferentes expedientes y la supervisión de los médicos y personal sanitario que contaban con la autorización correspondiente.

Igualmente evaluaron los permisos para medicamentos o patentes. Existían en esos años muchos medicamentos patentizados por médicos o farmacéuticos, y ya se iniciaba la importación de medicamentos sobretodo europeos y particularmente franceses. Muchos de los médicos de esos años se habían formado en París.

Una de las intenciones de las autoridades de ocupación era adecuar las leyes o reglamentos para facilitar la importación e incluso favorecer la de medicamentos o patentizados procedentes de los Estados Unidos de América, como habían hecho con otras áreas de la vida nacional.

Le puede interesar:

Alta academia española honra al Dr. Herbert Stern

De igual forma en este primer reporte se consigna el paso de las oficinas de sanidad de los ayuntamientos a las dependencias de esta nueva Secretaría.

El cambio se efectuó con facilidad y permitió un mejor servicio de salud a la población. La centralización y el uso óptimo de los recursos sigue siendo 100 años después una buena idea.

Por el doctor Herbert Stern, médico oftalmólogo e historiador.

resumendesalud@gmail.com