Radioterapeutas analizaron manejo de 2 condiciones oncológicas

IMG_4807.JPG

IMG_4807.JPG

Los radioterapeutas de país se congregaron para analizar sus temas, en el reinicio de la actividad científica tras la pausa de fin de año. 

La Sociedad Dominicana de Radioterapia y Física Médica concentró a especialistas de todo el país en una actividad científica apoyada por laboratorios Sued & Fargesa.

La presidenta de la Sociedad, doctora Naly Cruz, fue la conferencista en la actividad cientifica realizada en los salones de Sued & Fargesa, en la capital dominicana.

 

Contenido de su disertación

En su disertación dijo que la radioterapia es uno de los pilares en el tratamiento de los pacientes con cáncer y que más del 60% de los pacientes oncológicos en todo el mundo recibirán manejo radioterapia como parte de su plan de tratamiento.

Por tanto –sostuvo- entender los efectos cutáneos de esta terapia, a corto y largo plazo, es muy importante para el personal de salud involucrado con estos pacientes.

Agregó que el desarrollo de radiodermatitis aguda, en especial de los tipos I y II, es un evento esperado en todos los pacientes que se someten a un tratamiento de radioterapia.

El daño que causa la radiación al ADN puede ser directo o indirecto. Si la radiación es absorbida por el mismo ADN, se le denomina efecto directo; por el contrario, en el daño indirecto, las moléculas de agua que rodean al ADN son ionizadas por la radiación”, comentó.

Dijo que existen factores de riesgo para el desarrollo de grados mayores de radiodermatitis, entre los que se incluyen factores físicos, como tabaquismo, problemas con la integridad cutánea, daño actínico, factores genéticos, pacientes con enfermedades del tejido conectivo, enfermedades infecciosas o que se encuentren recibiendo algún medicamento radiosensibilizante.

“Se considera en este último rubro a cualquier medicamento administrado inmediatamente antes, durante o menos de 7 días después de la radiación. La actinomicina D, metotrexate y doxorrubicina son medicamentos con los cuales se ha reportado radiosensibilización con más frecuencia”, precisó.

Explicó que la radiodermatitis aguda es la que ocurre en los primeros 6 meses de recibir radiación.

Agregó que la severidad de la reacción se mide en un espectro que va desde eritema leve y descamación seca, hasta la descamación húmeda más severa y eventualmente ulceración.

“Debido a que el eritema no se presenta hasta que se ha alcanzado una dosis de radiación de aproximadamente 2,000 cGy, los pacientes que reciben radioterapia paliativa a dosis bajas, generalmente no presentan reacciones cutáneas”, indicó.

Sostuvo que el estado de la piel de los pacientes se evalúa por lo menos una vez a la semana y se calcula con la escala de toxicidad del grupo de oncología y radioterapia (RTOG), o del Instituto Nacional de Cáncer (NIC), que califican a la radiodermatitis del 0 al 5.

“Generalmente, el prurito y malestar ocurren durante la tercera semana de tratamiento, a medida que el flujo sanguíneo aumenta; la alopecia no se hace visible hasta aproximadamente 2 a 4 semanas después de iniciar el tratamiento”, manifestó.

Aseguró que la piel puede tornarse xerótica, ya que las células glandulares son menos productivas; en pacientes que reciben quimioterapia concurrente o neoadyuvante se exacerba la reacción cutánea.

Añadió que El cuidado de la piel en pacientes que reciben radioterapia es un tema controvertido.

“Las inconsistencias en el tratamiento que ofrecen los diferentes médicos pueden transmitir al paciente información confusa o lo que es peor, errónea. Las áreas en las que las opiniones dieren son permitir el uso de jabones, cremas y desodorantes, así como en el manejo de descamación seca y húmeda, uso de corticoesteroides tópicos, fomentos con solución salina, apósitos oclusivos o en gel, y antibióticos tópicos”, explicó.

Dijo que las razones tradicionales para restringir el uso de jabones, cremas, lociones, y desodorante en la piel son dos. “Primero, se creía que añadir una capa de producto a la piel producía un incremento en la dosis de radiación aplicada a la superficie (efecto bolo). Segundo, los elementos metálicos pueden producir radiación secundaria en la superficie cutánea, lo que también aumenta la dosis de radiación a la superficie cutánea”.