Cuando una persona decide anunciar a sus seres queridos que padece de una enfermedad difícil de tratar tiende a contar la comprensión y el apoyo emocional necesarios para enfrentar la situación. En segundo lugar, podría recibir el soporte económico requerido para el tratamiento en caso de no contar con los recursos requeridos. Pero, en realidad no siempre es así.
En algunos casos, el precio de los medicamentos de ciertos padecimientos resulta excesivamente elevado y la solvencia de la familia, así como la de los amigos, resulta insuficiente para pagarlo. Frente a este escenario, muchos dominicanos no tienen otra opción que recurrir al Programa de Medicamento de Alto Costo y Ayudas Médicas Directas (PMAC) del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MISPAS).
De acuerdo con datos oficiales, durante el año pasado más de quince mil personas de distintos puntos del país recibieron el apoyo del PMAC para cubrir sus respectivos tratamientos. A través de este programa, el gobierno dominicano destinó más de RD$8,000 millones en la adquisición de medicinas para tratar enfermedades tales como: cáncer, de origen autoinmune, renales, hepáticas, hemofílicas, de médula ósea, hipertensión pulmonar y salud mental, entre otras, con transacciones constantes y sostenidas a través de todo el año pasado.
Los recursos destinados al PMAC representaron el 1.3% del monto recaudado por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII)1 y el 7% del presupuesto total asignado al MISPAS2. El monto invertido en medicamentos de alto costo representó casi la misma cantidad del presupuesto total destinado para la rectoría del sector salud, ascendente a RD$8,635.2 millones.
Para dimensionar el impacto del PMAC en el bienestar de los pacientes con estos padecimientos, la inversión realizada en este programa se distribuyó de la forma siguiente: 41%, en la cobertura de medicamentos para enfermedades autoinmunes (RD$2,892.3 millones); 33%, para padecimientos vinculados al cáncer (RD$2,357.8 millones); y 26%, a otras dolencias (RD$1,857.7 millones).
Cabe destacar que la Dirección de Acceso a Medicamentos de Alto Costo (DAMAC), mediante el servicio de ayudas médicas, también ofrece financiamiento para distintos procedimientos como: diagnósticos, cirugías y la compra de otros medicamentos que no están dentro del renglón de alto costo ni cubiertos por el sistema dominicano de seguridad social. Sólo el año pasado, se entregaron cerca de RD$73 millones para pagos directos correspondientes a este renglón.
2 https://msp.gob.do/web/Transparencia/presupuesto-aprobado-del-ano/
Enero 2023
Aunque para algunos usuarios y profesionales del sector la gestión del PMAC requiere de mejoras y adaptaciones a la situación sanitaria postpandemia, el impacto del programa en el bienestar de pacientes de bajos ingresos y sus familias es altamente positivo. Cabe recordar que, desde la llegada de la pandemia, los problemas logísticos han afectado el acceso a materias primas vinculadas con la elaboración de medicamentos, así como en su distribución global generando retrasos e incrementos en el costo de estos.
El programa debe ser mejorado, dada la actual situación sanitaria, pero no debe eliminarse ya que se trata de un instrumento esencial en materia de políticas públicas que, a mediano y largo plazo, impacta de manera positiva en la calidad de vida de los más pobres. ¿Cuántas veces hemos visto a familias completas ir a la ruina por tener que costear el tratamiento de la enfermedad catastrófica de uno de sus miembros? Entonces, es preciso que la sociedad continúe respaldando y auscultando este importante programa del sistema dominicano de salud.
El impacto monetario de las enfermedades es un punto clave a considerar para evaluar el bienestar de un país. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que entre 2011- 2030 las enfermedades no transmisibles tendrán un costo de US$30,000 millones, equivalente al 48% del PIB mundial en 20103.
El alto costo de los tratamientos para las enfermedades se traduce en baja productividad, ausentismo laboral y mortalidad a destiempo.
Los dos primeros impactan de manera negativa en el tejido productivo -especialmente el de las MIPYMES- y a los proyectos de emprendimiento. El gasto de bolsillo de las personas que se convierten en pacientes, así como el de sus familias conduce a una quiebra técnica de sus estructuras productivas.
Por otro lado, la muerte prematura repercute en la salud mental de sus familiares y relacionados, la calidad de vida, el nivel educativo y la seguridad física de sus descendientes dejando un legado de inequidad que perdura en el tiempo.
Contrariamente, cuando los pacientes tienen acceso oportuno a medicamentos para tratar sus dolencias, se logra un impacto positivo vinculado a la reducción de complicaciones propias de estas enfermedades debido a los costos asociados a emergencias médicas y hospitalizaciones.
El precio elevado de los medicamentos para ciertas enfermedades constituye un desafío global debido a que las farmacéuticas tienden a dominar el proceso de negociación, incluso en los países del primer mundo.
En un contexto como el actual, el enfoque debe ser tratar de poner en práctica modelos de financiamiento utilizados en otros países, con más experiencia y con sistemas de salud más eficientes, que contemplan una estrategia nacional integral con capacidad de gestionar fondos desde distintas fuentes.
Estamos viviendo tiempos de incertidumbre en materia de salud que han transformado las dinámicas socioeconómicas y culturales. El uso de las tecnologías para la agilización de procesos y controles administrativos se han constituido en las mejores aliadas. Las sociedades deben estar preparadas ante cualquier eventualidad sanitaria futura.
El PMAC ha logrado la inclusión de un servicio vía Whatsapp-red social cerrada que garantiza la privacidad de la información sanitaria-para la atención a los usuarios.
Adicionalmente, la contratación de profesionales de la salud, mejora en los procesos de registro de pacientes y otras actividades internas con el objetivo de mejorar su funcionamiento.
En el mundo de la postpandemia emergen nuevos retos de accesibilidad a medicamentos de alto costo desde diferentes perspectivas. A los gobiernos les preocupa el aumento del gasto farmacéutico y la sostenibilidad del sistema de salud. Diseñan y ejecutan planes de acción contenidos en estrategias que permitan anticipar esta nueva realidad basadas en necesidades sanitarias, evidencia científica y evaluaciones de gasto e impacto presupuestario.
Además, deben realizar negociaciones con la industria sobre las prioridades en la financiación, así como apoyar campañas de sensibilización e información sobre el aporte terapéutico de los nuevos medicamentos junto a los profesionales del sector salud y organizaciones de la sociedad civil.
La financiación selectiva basada en la innovación y el valor terapéutico añadido forman parte de las nuevas estrategias a seguir. La industria farmacéutica debe ser parte de la solución del problema de accesibilidad. La obtención de beneficios económicos deberá ser compatible con la responsabilidad social en materia de innovación y acceso a medicamentos.
La instauración de presupuestos farmacéuticos prospectivos cerrados-donde se fija un límite máximo a la contribución pública y el excedente debe ser asumido por la industria-así como los contratos de riesgo compartido podrían convertirse en mecanismos que conduzcan al entendimiento entre los actores.
Los profesionales de la salud deben asumir el papel de garantes de los instrumentos antes mencionados respecto del uso racional de los medicamentos de alto costo para evitar compras en exceso-vía receta de dosis mayores a las estrictamente necesarias-y consecuentes pérdidas de recursos públicos.
Sin embargo, esta nueva realidad no niega el gran esfuerzo realizado por las autoridades para mantener en funcionamiento este singular programa sanitario inspirado en valores esencialmente humanos como la solidaridad y la responsabilidad de las políticas públicas de ir en auxilio de los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables.
Por: Fabricio Gómez Mazara, representante de las Empresas Prestadoras de Servicios Públicos de Telecomunicaciones del INDOTEL.