Les dejamos un artículo sobre el tema enviado por Dashira Martínez, quien es codificadora y facturadora médica certificada por la Academia Americana de Codificadores Profesionales AAPC:
En la gestión administrativa de un centro de salud existen muchos factores a tomar en cuenta; no se trata únicamente de tener un manejo eficiente de los recursos y velar por el buen funcionamiento del centro médico u hospital, hay otros aspectos que día a día adquieren mayor importancia y van relacionados al ingreso de fondos por el pago de los pacientes o sus compañías aseguradoras.
La codificación médica va de la mano con la facturación hospitalaria, ya que en otros países para poder cobrar una factura, el código del procedimiento tiene una tarifa estándar o los mismos van incluidos dentro de un paquete predeterminado por el centro de salud con un monto global.
Cada año muchas de estas tarifas son reguladas por los organismos de control de cada país y aunque los precios varían de un lugar a otro, los seguros internacionales tienen un parámetro para estas transacciones por región. Con el turismo de salud tan activo, existen los llamados intermediadores, que son empresas que realizan la gestión de cobro y, a su vez, retienen un porcentaje para realizar la gestión.
Los codificadores médicos tienen un papel clave en los hospitales, centros privados y consultorios médicos, que necesariamente los requieren para poder cobrar de manera eficiente y con la documentación debida, así como para reportar a los organismos estatales lo requerido en cada región.
Esta carrera de codificación y facturación médica es fundamental para los directivos de hospitales en otros países que manejan la parte administrativa, ya que un error al codificar puede representar grandes pérdidas económicas.
En la actualidad República Dominicana ha dado algunos pasos para implementar la Clasificación Internacional de Enfermedades en su décima versión y, a través del Ministerio de Salud Pública, exige a los centros de salud enviar sus certificados de defunción con la debida codificación, sin embargo no todos lo realizan, ya sea por falta de conocimiento o de personal capacitado en esta área, ya que una carrera como codificador y facturador médico conlleva dos años de estudios, y la mayoría de los cursos son en el idioma inglés.
El codificador se prepara en terminología médica, facturación internacional, manejo de documentación, auditoría médica, estadísticas, tecnología médica, entre otros aspectos claves para una formación de calidad. El mismo requiere una cantidad de horas de educación continua para poder mantener las certificaciones que se logran con un examen presencial de cinco horas en los Estados Unidos.
La Organización Mundial de la Salud es el organismo rector de la codificación para enfermedades; los revisa y actualiza a través de un comité compuesto por especialistas de todas las áreas.
El próximo paso en nuestro país debe ser un exhaustivo trabajo con las sociedades médicas, aseguradoras, sector público y privado a fin de lograr una unificación y actualización en los códigos de procedimientos, ya que estos van atados a una tarifa nacional que debe ser reevaluada. Los códigos de diagnósticos por el contrario, no requieren de esta revisión ya que son códigos únicos utilizados a nivel internacional y sólo se utilizan para identificar estas condiciones o enfermedades.
En los centros locales, los expedientes médicos que se codifican son más manejables a nivel internacional para las aseguradoras y evita confusiones en relación a las enfermedades, lo que hace que el idioma universal sean en realidad los códigos médicos que tiene el expediente.
Por Dashira Martínez, MBA, CPC
La autora es codificadora y facturadora médica certificada por la Academia Americana de Codificadores Profesionales AAPC.