Enfermedad renal causa estragos en zona costera El Salvador

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salva.jpgBávaro.- El Salvador exhibe nefastas cifras sobre insuficiencia renal seis veces superior a las del subcontinente centroamericano, sobre todo por la prevalencia de una especie de enfermedad nueva que de esparce en las costas de esa nación, la nefropatía mesoamericana.

Sobre el tema habló para Resumen de Salud el presidente de la Asociación Salvadoreña de Nefrología e Hipertensión Arterial, entrevistado mientras participaba en el Décimo Congreso Latinoamericano de Injuria Renal Aguda y el IX Congreso Dominicano de Nefrología, en Bávaro, al Este de la República Dominicana.

Les dejamos una entrevista realizada al doctor Ramón García Tabanino, presidente de la Asociación de Nefrología e Hipertensión Arterial de El Salvador:

¿Cuántos nefrólogos hay en El Salvador?

“En el Salvador hay 48 nefrólogos de los cuales 38 son miembros de la Asociación.

¿Cuáles son las principales enfermedades nefrológicas de la población salvadoreña?

“En el Salvador tenemos dos grandes problemas, uno de ellos es una epidemia y el otro es la pobreza, que condiciona a que haya escases de recursos. La gente que tiene acceso a la seguridad social o tratamiento privados puedo recibir tratamientos adecuados modernos idóneos; sin embargo las que no tiene acceso a estas alternativas, que es la gran mayoría de la población, no tiene acceso a tratamiento moderno.

“Los colegas del sistema público de salud hacen lo mejor que pueden para tratar de ofrecer alguna opción o alternativa a los pacientes renales, pero estamos muy limitados en recursos en capacidades y en tratamiento, por lo que tenemos la mortalidad más alta de América por enfermedad renal crónica; eso en cuanto a la pobreza.

“En cuanto a la epidemia, El Salvador -por estar ubicado en la costa del Océano Pacifico de Centroamérica, está afectado por la nefropatía mesoamericana, que es una epidemia de insuficiencia renal de enfermedad renal crónica de origen desconocido que todavía no se ha logrado identificar la causa de esta enfermedad nueva que ataca a muchas personas, la gran mayoría trabajadores agrícolas pobres de las zonas costeras. Esto condiciona que los hospitales estén sobre saturados, con una incidencia de pacientes renales altísimas y una mortalidad.

“En El Salvador mueren de seis a ocho personas diarias por enfermedad renal, lo que es demasiado considerando que se trata de un país de 6.5 millones de habitantes.

¿Cuál es la media de Centroamérica y el continente?

“Al expresar tasas de mortalidad generalmente se hace por 100 en mil habitantes. En todos los demás países la media anda entre 3 a 12 pacientes por 100 mil habitantes. En El Salvador estamos por encima de 60 por cada 100 mil, lo que quiere decir que estamos seis veces arriba del promedio.

“La gran mayoría de estos pacientes son adultos jóvenes de 40 a 45 años, varones. Es una epidemia muy curiosa que está causando mucho drama humano en las comunidades de las costas.

¿Cuáles son las principales limitaciones que tienen los nefrólogos para combatir este problema en términos terapéuticos, equipos y avances científicos?

“En términos de avances científicos no hay ningún problema, porque los nefrólogos del país estamos muy bien capacitados, bien entrenados en tratamientos y técnicas, acudimos a congresos para actualizarnos.

Pero no contamos en el país en todos los sistemas de salud con los insumos necesarios para tratar desde el nivel más básico comunitario con toda la atención primaria, en el cual no disponemos de medicamentos protectores, hasta el nivel más especializado; en el tercer nivel nefrológico en el sistema nacional de salud no contamos con un programa de trasplante para adultos y, cito, no por falta de capacidad, hay buenos nefrólogos y todos bien formados, sino por falta de recursos y capacidades instaladas.

“La seguridad social si tiene un programa pequeño de trasplante, pero atiende al paciente de clase media, que tiene un empleo estable y no es ese el paciente que está siendo afectado por la epidemia de nefropatia mesoamericana.

“Tenemos el problema que en las regiones pobres de la costa solo uno de cada tres paciente llega a recibir tratamiento dialítico; dos de cada tres no lo reciben y mueren en casa; ese paciente que recibe tratamiento lo hace con técnicas obsoletas, técnicas de diálisis peritoneal con catéter rígido que han sido abandonados en casi todo el mundo por su alta mortalidad.

“La situación es muy dolorosa muy triste, pero los nefrólogos tenemos ganas de trabajar y sacar adelante el país”.