Estados Unidos.- La doctora Jewel Kling, presidenta de la División de Salud de la Mujer de Mayo Clinic en Scottsdale, Arizona, asegura que existen diversas opciones disponibles para tratar la menopausia como son las terapias hormonales y no hormonales.
Según la especialista, la menopausia es el fin de los ciclos menstruales, y durante el padecimiento esta puede provocar síntomas como sofocos, sudoración nocturna, insomnio y cambios en el estado de ánimo.
La doctora Kling recomienda que los sofocos o la sudoración nocturna deben ser tratados, ya que estos normalmente pueden afectar la calidad de vida, la productividad laboral y doméstica de las mujeres.
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Explicó que, de acuerdo con las pautas de la Sociedad Norteamericana de Menopausia, la terapia de reemplazo hormonal es un medicamento con estrógenos, combinado con progestágenos, para prevenir el cáncer de endometrio en mujeres con útero. En el caso de las mujeres menores de 60 años o que están dentro de los 10 años después del último periodo, el beneficio de la terapia hormonal supera los riesgos en mujeres sanas con síntomas posmenopáusicos.
“Los factores comunes que afectan la decisión de una mujer para usar hormonas incluyen la edad, la salud subyacente, la gravedad de los síntomas, las preferencias, las opciones de tratamiento disponibles y, por supuesto, las consideraciones de costos. Un aspecto importante a tener en cuenta es si los posibles beneficios superan los posibles riesgos”, aseguró la doctora Kling.
Afirmó que muchos estudios demostraron que la terapia hormonal sistémica, como las pastillas, los parches, los geles o los espráis, ayudan con los sofocos, la sudoración nocturna y los síntomas vulvovaginales.
Precisó que también hay pruebas contundentes de que el tratamiento a largo plazo con terapia de estrógenos o de estrógenos más progestágenos reduce los riesgos de fracturas tras la menopausia.
“Junto con estos beneficios suele haber una mejoría en los síntomas relacionados con la menopausia, incluidos aquellos que probablemente son los más molestos, como la interrupción del sueño, los problemas en el estado de ánimo y la disminución de la satisfacción sexual”, resaltó la especialista.
Sin embargo, destacó que los riesgos de la terapia oral sistémica con estrógenos o con estrógenos más progestágenos incluyen la formación de coágulos en las piernas y los pulmones, y accidentes cerebrovasculares.
“El riesgo de accidente cerebrovascular depende de la edad a la que una mujer comienza la terapia hormonal. En particular, los riesgos son bajos para mujeres menores de 60 años o que están dentro de los 10 años después del último periodo”, expresó la doctora.
Indicó que el uso solamente de estrógeno en mujeres con útero conlleva a un riesgo de cáncer uterino. Ese riesgo se puede reducir incluyendo progestágenos o un modulador selectivo de los receptores estrogénicos, también conocido como combinación MSRE.
Aseguró que también se deben considerar los riesgos de cáncer de mama, que parecen levemente más altos, especialmente en mujeres con útero que usan estrógenos más progestágenos.
Asimismo, la doctora Kling confirmó que existen técnicas de mente y cuerpo que incluyen la terapia cognitivo conductual y la hipnosis clínica, que dependen del asesoramiento de un experto para tener éxito, logrando en muchas pacientes alivio en la acupuntura, el yoga y la meditación.
Por Elvys Minaya